Miro la mesa y observo las papeletas. Cada una con sus interminables listas de candidatos a parlamentarios y a senadores. Miro y remiro ….me paro detenidamente…, reflexiono unos segundos, me interrogo, busco la mía. Abro el bolso, saco mis gafas de presbicia y termino pasando detenidamente la mano a lo largo de mi preciosa melena rubia.
Me gusta vivir bien. Entonces eso querrá decir que soy de derechas. Voy a votarles.
La enseñanza pública y de calidad para todos. No, entonces es que soy de izquierdas.
Oye, que haya también enseñanza privada. Pues entonces vuelvo a ser de derechas…
La sanidad gratuita de calidad para todos. Vuelvo a ser de izquierdas.
La sanidad privada, para el que quiera pagarla. Porque puede ser más personalizada, menos masificada y ahorra tiempo. ¡Anda…ahora vuelvo a ser de derechas!.
Abogo por la familia…eso es…, ¡ahora si que soy de derechas!.
Y que mi hermano gay también la tenga…..no,no,no, madre mía…. que soy de izquierdas.
Soy creyente, y practicante devota. Ahora sí, ahora está claro, …soy de derechas.
Pluralidad religiosa, que siempre se realice fuera de las instituciones públicas, en el ámbito de lo personal y que se puedan manifestar libremente los ateos. Uf ¿entonces irremediablemente sí que soy de izquierdas? ¡Voy a arder en los infiernos eternamente! ¡Pero qué digo…si Jesús es amor, Jesús no castiga!
Me gusta el azul y el rojo. El amarillo, el verde e incluso el negro. Quiero y vengo a votar. Si algo tengo claro es que soy Demócrata. Dejo paso al señor que se me acerca por la derecha, y continúo parada, sigo buscando ¿dónde está la papeleta?.
Que bueno, me he visto bastante reflejada en tu escrito, yo estoy en un punto en el que los derechas dicen que soy roja y los de izquierdas me llaman fachilla, que piensen lo que quieran ¿no?
Me alegra mucho que te hayas decidido a iniciar tu blog, seguro que lo vas a disfrutar mucho.
Un besazo enorme
Si Julia, de eso se trata, también de que no nos vendan tantas etiquetas.